domingo, 31 de julio de 2011

Anomia



Sin ritmos, ceremonias, rituales,
me he quitado el reloj
-así de simple-
para desconocer la cuenta de minutos
que he de dormir en brazos de la anomia.

Sin metros ni controles, dharmas, leyes,

he encendido un cigarro
-así de fácil-
para ver cómo respiro todavía
y asombrarme por la falta de razones.

Sin normas, cortesías, reglamentos,

me he estado rascando el pie
-así de limpio-
para mostrar que el precedente religioso
se encuentra en Buda, Cristo, Shinto y Abraham.







© Ramón Ataz

4 comentarios:

  1. Bueno, no es malo de vez en cuando hacer que se pare el mundo para bajarse.
    Me parece, éste, un poema inteligente, de una rabiosa actualidad. Es grato leerte, y de gran interés para mí.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Por alguna razón, desde este ordenador que uso durante mis vacaciones, solo puedo dejar mensajes como anónimo, pero no quiero dejar pasar todo el mes sin agradecerte tu generoso comentario. Muchas gracias, PErfecto, y un abrazo.

    Ramón Ataz

    ResponderEliminar
  3. Así de simple, así de fácil, te sale un gran poema. Yo no uso reloj, pero me he encendido un cigarro leyendo Anomia* y también me he rascado el pie.

    *Tuve que buscar esa palabra en el diccionario.

    Siempre es un placer leerte

    ResponderEliminar
  4. Ja, ja. Pues me alegro de que te haya gustado, Eloy. Muchas gracias por el comentario.

    Ramón.

    ResponderEliminar