miércoles, 27 de abril de 2011

Algunas veces, en la noche




A veces, 

cuando tirito al calor de las mantas 


y soy el hijo y el padre y el abrazo, 


me escondo en lo más negro del aire 


hasta el instante extremo de la noche. 



Después, 


como un estornudo de la aurora 


salgo expelido justo al centro de otro día, 


donde me espera ella, 


y allí escucho el eco de su risa nocturna 


demorada. 







© Ramón Ataz2011

Reajuste



Un último cigarro yace en alma en mi estómago. 



La luz que siempre en plenilunio me asiste 


no es distinta a la de antes.



Pero la forma de cada palabra, 


el espíritu de aquella música, 


la melodía de tambor de los años,


mi propia piel, mi cabello, 


el color de la madera de la mesa 


o la simple y canalla amargura 



viajan en otro viento. No están.





 


© Ramón Ataz2011

viernes, 15 de abril de 2011

Sobre la decepción y sus efectos

The Dream is over
(John Lennon, en "God")




Hace años ardieron las ramas de sauce
a las que con frecuencia el viento acariciaba.
Algunas promesas me eludieron,
el resto simplemente se extraviaron.
¿Y qué,
si cenizas o esperanza
podían revivir algunas veces
al pulsar sobre mis poros la música sus dedos?

Pero esta tarde,
tan rápido,
apenas cuatro sílabas,
he sentido extenderse sobre el pecho
un sudario de voz aguda y dulce.

Estremecido por la opresión de un turbante
enrollado al reverso de la piel de mi cabeza,
me he entregado al mecanismo místico del llanto,
de ese llorar inaudible que sucede
cuando el daño se te pierde por dentro
y rueda, como un ovillo, por tu red de pasajes,
de venas y escondrijos:
el dolor se vuelve sangre,
la sangre pesadumbre.

El sueño ha terminado
pero yo fui un resto fiel,
cofrade solitario,
propina inacabable,
pellejo de un tambor
golpeado hasta la amnesia.

El sueño ha terminado
pero tras el cristal la noche sigue siendo.



© Ramón Ataz2011