lunes, 18 de julio de 2011

La línea que nace en mis ojos

Por más que nazca en mí
una línea recta de carne o de despojos
-lo que no consumieron los pájaros hambrientos-
por más que luego muera en depósitos de magma
- sopa primordial de los diamantes-
llegue hasta donde llegue,
venga de donde venga,
no habrá más sed, o si la hay
no habrá más agua.

No una vez florecidos los tabúes,
no después de que sembrara Dios sus naipes
en el cráter donde hiberno, me escondo y envejezco.

Sí, fueron mis ojos como hordas de vándalos,
inquietos hocicos;
pero hoy meto los dedos en dos cuencas vacías
sin bastones,

sin grietas.





© Ramón Ataz2011

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