miércoles, 16 de noviembre de 2011

Florencia atardecida




Observados por ventanas de palacios,

teñidos por la sangre del crepúsculo,

entremezclados en el coro plañidero

que llovía sobre puentes reencarnados,

supiste tú, y luego yo lo supe,

que empedrar ciudades es tarea de quienes son como nosotros,

eternos.





© Ramón Ataz2011

6 comentarios:

  1. Qué otra sensación se puede tener desde la Piazza de Miguelangelo sino esa? El atardecer sobre el río Arno deja su estela de eternidad bajo el Puente Vechio.
    Un poema que trae añoranzas antiguas.

    Un abrazo, amigo.

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  2. Tienes toda la razón, Perfecto, en lo que dices de Florencia. Muchas gracias por pasar por aquí y dejar tu siempre amable comentario.

    Un abrazo fuerte.

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  3. Me gusta tu poesía Ramón, escribes muy bien.
    Abrazos, y encantada de seguir tu blog

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  4. Muchísimas gracias, Lila. A mí también me parece que tú escribes de maravilla. Me alegra mucho verte en mi blog.

    Un abrazo.

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  5. Precioso eso de empedrar ciudades.


    Un abrazo enorme
    Ana

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  6. Hola, Ana:

    Muchas gracias por pasar por el blog y dejar tu generosa huella.

    Un abrazo todavía más grande.

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