
sábado, 6 de abril de 2013
Elegía
Aún está en mi boca
el sabor a vino rebajado y un ligero gusto a sal.
Mis ojos aún sopesan en tu ausencia
la ingravidez de tu cuerpo concluido.
El último tinte abandona tus cabellos y descubre
la hermosura de tus canas
blanqueciendo ciudades
en tu silente silueta.
Qué noche interminable
se ha hecho dueña de mis sueños
si yo soy todavía y tú eres nunca
y sin embargo
aún resuenas, aún respiro,
aún esculpes
palabras en el mármol de mi voz
y las exhibes
ante la multitud de memorias sin puertas
que se abrieron para ti mientras viviste.
(c) Ramón Ataz
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Hermosa elegía que hoy nos habla de ti, amigo Ramón. Te vemos, vivimos y leemos en tus versos, en el espíritu líquido de tu poesía. Con un abrazo.
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