jueves, 5 de enero de 2012

Siento, Viento

A Elvira

Siento, Viento, que mis ojos sorben el brillo
de las plañideras grises de oficina,
y mis manos la aspereza rígida
de caimanes de estos meses funerales.

Siento dientes que se esparcen como el fuego
al morder el mármol blanco de los túmulos.

El hombre gordo que teclea en la otra sala
vino hace poco a pedir pordios que lo acunase
en mis rodillas bendecidas por tus besos.

Sudo muertos del verano,
calcinados, que hacen gracias, piruetas,
deseando contagiarse mi reposo.

Y una imagen respirable, como el viento
que resucita mis labios, alegre,
expectante nueve días, 
derramada de tus brazos,
me consuela, Viento dulce, me consuela.



© Ramón Ataz

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