domingo, 27 de enero de 2013

Un caracol




 

Un caracol tuberculoso,

cansado de escribir sus abstinencias,

tosió litros de sangre entre mis piernas

insultándome.





(c) Ramón Ataz

2 comentarios:

  1. Igual le sucede a ese caracol como a los pájaros, que cuando se enamoran vomitan sangre, por la emoción...
    Magnífica hipérbole, Ramón, de las que no se olvidan.
    Un abrazo.

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  2. Pues no lo había pensado, pero la verdad es que sí, esos pájaros se parecen mucho a este caracol. Muchas gracias, Juana. Abrazos.

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