Epigrama a una musa inoportuna
Cuando por fin a mis dedos baja un verso
tan tenue aún, ansioso por grabarse,
sabiendo que en un parto el niño puede
morir por un descuido del obstetra,
entonces vienes, musa perezosa,
a propiciar mi olvido y tu descrédito.
© Ramón Ataz
Ingenioso y breve, como corresponde. Un placer leerlo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Perfecto. Me alegra verte por aquí.
EliminarUn abrazo de amigo.
Pensamiento satírico-festivo, como corresponde a un epigrama, que es lo que se nos anuncia en el título y lo que ingeniosamente encontramos en los versos que le siguen. Aplausos.
ResponderEliminarSalud.
Julio G. Alonso
Hola, Julio: Muchas gracias por tu nueva visita y por la amabilidad de tu comentario. Desde que de joven lei los epigramas de Catulo y de Marcial, siempre me ha gustado esa forma poética. Me alegra que te haya gustado a tí este modesto intento de reproducirlos.
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