Aquel hombre sin puños admite estar muriendo.
Su dentífrica barba embalsama la nieve
caída en el tejado que corona su boca
abierta por un perno fijado a su mandíbula.
Quiere escapar a gritos del manto de la tierra
aprisionar arbustos con sus saltos de corzo
escupir crisantemos sobre la ropa verde
que disimula el árido soporte de su pueblo.
Conoce el recorrido de su esperma cansado
a través de infecundas y estrechas galerías
donde pernoctan vírgenes de piel impermeable
brotadas, como el trueno, del aire resistente.
Su mente, estabulada, su verbo previsible,
los brazos replegados sobre el torso desnudo,
encogidas, ineptas, las piernas enfundadas
en su ciénaga ilustre de rigor y miseria.
No tiembla ante la esfinge que le vigila el sueño
tan mustio, despoblado, enfermo y prescindido
como un lagarto quieto al filo de una roca
para el que no hay más sol que el rayo que le besa.
Son muchos los que lloran rendidos desde el suelo.
Morosos llantos, lentos, robustos como botas,
proclaman en sus pies la muerte imprescindible
rizándose en sus labios como una lengua esquiva.
Mi llanto no es más suelto ni mi lugar más alto,
ni llega mi esperanza más lejos que la suya.
Alzar las manos duele, y agachar la cabeza,
y rescindir el digno contrato con la vida.
Recibe mi lamento, viejo esclavo del orden,
contempla esta cobarde colonia de plañidos,
pero teme a su prole, a sus hijos hambrientos,
porque serán sus uñas las que cierren tus párpados.
© Ramón Ataz
Todo tiene un final
ResponderEliminarMuchas gracias por tu paso, Histeriopía.
EliminarUn abrazo.
Impresionante, Ramón. Te felicito.
ResponderEliminarMe alegra que te guste, Sofía, y muchas gracias.
EliminarUn beso.
Un servidor también te felicita, Ramón.
ResponderEliminarUn gran poema. Y estos cuatro versos enormes:
"Conoce el recorrido de su esperma cansado
a través de infecundas y estrechas galerías
donde pernoctan vírgenes de piel impermeable
brotadas, como el trueno, del aire resistente."
Un saludo, poeta.
Gracias, Tomás. Me encanta que pases por aquí, y si encima vienes con palabras como éstas, pues todavía mejor.
EliminarUn saludo para tí también, poeta.
Te he conocido a través de Google (claro) y, con todo el respeto y la humildad , por si te interesara, tengo un blog “Terapeutico” (consecuencia de una muy grave y larga enfermedad en la cual no podía leer ni escribir). El blog publica 2 veces por semana, y es de Relatos cortos y Poesías (míos o de otros); tiene unos 3 meses, pero creo que con el tiempo será decentillo.
ResponderEliminarAquí te dejo la dirección
http://marioenlautopia.blogspot.com.es/
Un saludo
Mario
PD: te voy a enlazar en mi blog, claro
Es un honor para mí que te hayas fijado en este blog, Mario, y te agradezco que lo hayas enlazado al tuyo, que ya he visitado y me ha parecido francamente interesante.
EliminarMuchas gracias de nuevo y nos iremos leyendo.
Un saludo.
siento llegar tan tarde, Ramón. Decirte sólo que este gobierno no se merece versos tan buenos y tan llenos de buena humanidad como estos a pesar de que al final nos abrás un rayo de esperanza
ResponderEliminarun abrazo
Muchìsimas gracias, Joaquín. Sea cual sea la calidad de unos versos, me da la sensación de que es algo que todavía no pueden controlar, así que, si ellos no se merecen versos (ni éstos ni otros), nosotros si nos merecemos decir lo que nos venga en gana, y a ver si entre muchos conseguimos, si no ganar, sí al menos fastidiarlos todo lo que nos sea posible.
EliminarUn abrazo.
Me complace celebrar aquí también, en tu casa, este magnífico poema en alejandrinos. Con un abrazo.
ResponderEliminarSalud.
Julio G. Alonso
Y yo me alegro de que lo hagas, Julio, aquí, que también es tu casa. Muchas gracias, amigo.
EliminarUn abrazo.