jueves, 15 de septiembre de 2011
Una sola ventana iluminada
No, no será la luz de mi ventana
una constelación sin punto de partida,
una estrella extraviada
sin más medio de expresar su aturdimiento
que un parpadeo fugaz.
Porque ese resplandor te impide verme
en este sentarse interminable,
en esta flexión sin resistencia.
Mis pasos son oscuros,
cubren losas y losas sin desplazar mi cuerpo.
Vivo adherido a paredes que escupen el sol.
¿De dónde surge entonces el faro blanco,
la Anunciación sin ángel de mi fachada?
No, no dejaré a ese brillo
envolver a mi muerte con vida muerta.
© Ramón Ataz2011
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Amigo mío, la magnífica factura de este poema anonada. Denota un estilo muy personal, donde la sutileza intelectiva ahonda una lírica de profundos refinamientos estéticos. Tendremos que conocernos personalmente alguno de estos días. Me gustaría charlar contigo. No estamos tan lejos geográficamente. Todo se andará.
ResponderEliminarUn abrazo.
Perfecto, los elogios, aunque como en este caso sean inmerecidos y se deban más a tu amabilidad que a los méritos del poema, siempre son agradables de recibir. Te agradezco de verdad tus palabras y espero que podamos conocernos personalmente. Ciertamente, Almería y Murcia están muy cerca, así que seguro que podremos vernos algún día para charlar un rato.
ResponderEliminarUn abrazo.