jueves, 29 de septiembre de 2011

Domesticados (Meditaciones al borde de un café)


Los que hoy cansados recuperan el vigor
y aplacan el dolor del alma con el ungüento seco de la riqueza,
ordenan sus cabellos con las púas de erizos derrotados,
mientras se calzan,
para eludir tactos incómodos en sus prensiles pies,
gruesas botas de montar.

Los que rindieron la violencia inútil de las fieras
dejándolas dormir en sus alfombras,
hoy suprimen puertas y colmatan fosos.

Hoy las ballenas engañan a Jonás
al amueblar sus vientres hogareños
de renta limitada.

Los caníbales son ahora la fragancia de sus presas
orgullosas, suaves, dulces, digestivas.

El toro del sacrificio sostiene el hacha

2 comentarios:

  1. Muy bueno, Ramón. Me siento cercano a la sensibilidad que expresa tu poema. Es una interpretación mía, la poesía es un lector descifrando un texto, que puede no ser la del autor, pero que encuentro muy atractiva.

    Un saludo

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  2. Mil gracias, Eloy. Tienes toda la razón en lo que dices acerca de los dos poemas, el que se escribe y el que se lee.

    Un abrazo.

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