A Pilar Morte
No son algas, son cabellos, primicias de los peces.
Contad nuestras cabezas,
somos bosques a punto de nacer, cientos de bosques
cuyos caminos, seguro, se entrecruzan;
troncos recientes creciendo y retorciéndose,
distanciándose deprisa del letargo.
Contad nuestras cabezas, son millones
de copas desde el aire, contadlas, no creáis
que entre todas poseen un solo cuello
y callad,
oíd ese tambor de levaduras.
A vuestros truenos opongo mi sordera,
a vuestros golpes el cuarzo
que espontáneo le ha brotado a mis arterias.
Resistimos, en raudal os resistimos,
porque el viento es nuestro, es nuestro el licor de los sarmientos,
nuestro el olor, es nuestro el trigo.
Ya no os escucho.
Quizá os descompongáis como las rocas
cubiertas por el mar, quizá la grava
filtrada a mi sandalia os pertenezca.
Ya no os recuerdo,
porque hay guitarras cantando nuestra vida.
Oh, memoria, apártate de mí, no vuelvas nunca
a distraernos del vino y derramarlo,
yace, reposa.
Que sean los muchachos los que luego,
al terminar la fiesta, te despierten.
© Ramón Ataz
Reitero aquí mi admiración por este poema de compromiso, lleno de esperanza y en el que subyace una decisión inquebrantable con la libertad, que tiene que ver con ejercer el derecho a decidir nuestro destino, organizar nuestra sociedad, reivindicar la savia de la juventud que despierte nuestras conciencias. Poema entero, necesario. Con un abrazo.
ResponderEliminarSalud.
Julio
Y yo reitero mi agradecimiento por tu constante apoyo a estas incursiones mías en la cosa poetica, Julio. Supongo que es necesario hablar en voz alta cuando los de siempre han vuelto a mostrar su verdadero rostro, el de siempre.
EliminarUn abrazo y mi admiración.
Quiero creer que somos bosques a punto de crecer. Me sumo al viento si es nuestro y a las guitarras que cantan nuestra vida. Quiero ver a los poetas ejerciendo el compromiso con su tiempo.
ResponderEliminarEstupendo poema Ramón. Continente y contenido en armonía poética.
Un abrazo.
Muchas gracias, Eloy. Es difícil en estos días recogerse en uno mismo, hay demasiado ruido, así que más vale escuchar ese ruido y contribuir, por poco que sea, a que se eleve hasta que se les haga insoportable. No sé hasta donde llegará, pero habrá que estar ahí.
EliminarUn fuerte abrazo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarExcelente llamada al compromiso y a la resistencia. Nos quitan el pan y la luz y nos venden mentiras disfrazadas de esperanzas. No es tiempo de quedarse callado. Me ha encantado, Ramón. Fuerza y ánimo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Rumeinia. Comparto tu analisis de la situación y, en efecto, es el momento de no quedarse callado. Gracias por tu aportación.
EliminarUn abrazo.
¿Es nuestro el trigo? Transgénico y propiedad de multinacionales lo veo yo. BUEN TRABAJO
ResponderEliminarTienes razón, Mario. La cuestión es que también debemos hacer nuestras las multinacionales, justo antes de acabar con ellas. Pero eso es bastante menos lírico que el trigo.
EliminarMuchas gracias por tu paso y por tu lúcida apostilla.
Un abrazo.