jueves, 9 de febrero de 2012

En blanco (de sentencias, gotas y vasos rebosados)



 
Olvidar lo que he aprendido,
ser como un niño otra vez y sorprenderme
quedar en blanco, volver a inaugurarme.

No admitir de nuevo la enseñanza

de vuestra escuela de siervos secular.
No, no vengáis
a sembrar en mis surcos ni a regarlos,
no me miréis siquiera, no toquéis
el sillón desde el que quiero contemplaros.

Veré monstruos, desde luego, es lo que sois.
renunciaré al olfato si apestáis,
me guardaré las manos en el cuerpo
cuando descubra a mi pesar que sois tangibles.
 

Ahora puedo defenderme de vosotros
ya que nadie me ha enseñado a ser paciente,
nadie tumbó mi libertad, no me hice dócil,
ni se asfixió mi torso en vuestros brazos.

En esta ocasión no seré vuestro,

quedaré en blanco,
la primera huella impresa en la nevada
será mía,
seré ese bruto instintivo al que teméis,
cerrad las puertas, 
porque yo sí sabré lo que buscáis,
cerrad las puertas.



© Ramón Ataz

18 comentarios:

  1. Qué placer leerte...profundo y bello poema éste, Ramón.
    Si bastara con la voluntad para quedarse en blanco, alejados de todo lo que nos hace daño..

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    1. Gracias, Gova, para alejamos o para enfrentarnos a ello sin más arma que el instinto, sí que estaría bien, sí.

      Un fuerte abrazo.

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  2. Tu libertad, la ingenuidad, que nunca podrán poseerla... por eso eres poeta.
    Un abrazo inmenso, Ramón, un poema que comparto con toda mi mente y mi corazón.

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    1. Preciosas palabras que te agradezco, Sofía. La verdad es que ingenuidad y espíritu de lucha van muy unidas. Ojalá fuera yo más ingenuo.

      Un gran abrazo.

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  3. Comparto, de principio a fin, Ramón, tu poema. Dices mucho y lo dices... tan bien!!

    "Porque puedo defenderme de vosotros
    ya que de nadie aprendí a ser paciente,
    nadie tumbó mi libertad, no me hice dócil,
    ni se asfixió mi torso en vuestros brazos"

    Un abrazo (pero en colores)

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    1. Muchas gracias, Eloy. Este poema está escrito a partir de tu poema sobre la justicia, así como a partir de muchas palabras leídas durante el día de ayer, así que compartimos mutuamente nuestras conclusiones. Estamos ante una época dura en la que muchas cosas están cambiando, en la que los que parecían dormidos han despertado más fuertes que nunca. Tendremos que ser más inteligentes que ellos.

      Un abrazo.

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  4. Poema de decir claro el tuyo, Ramón. Muy bien torneado, sin metáforas.
    Frontal.
    Que la rabia sea atendida
    y el golpe dado.

    Saludos.

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    1. Me alegra verte de nuevo por aquí, Tempero. Te agradezco sinceramente tus palabras, y me apunto a tu deseo, rabiemos un poco, hace falta.

      Un abrazo.

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  5. Mi más absoluta solidaridad y afecto con tu sentir poético, Ramón.

    Un abrazo grande.

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    1. Muchas gracias por esa solidaridad y afecto, Manuel, que además es mutuo. Te mando un abrazo enorme.

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  6. JODER TIO, VOY A TENER QUE TOMARME EN SERIO ESTO DE LEERTE DE VEZ EN CUANDO. TU POEMA ME HA PARECIDO HERMOSO Y SUSCRIBO SU CONTENIDO AL 100%. BONITA SORPRESA LA QUE ME HAS DADO

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    1. Jajaja, Angel. Pues nada, estás en tu casa, ponte cómodo. Muchas gracias por dejar un comentario, para mí ha sido una sorpresa muy muy agradable.

      Un abrazo, nos vemos.

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  7. Querido Ramón: Muy bonito poema para dedicar a los que hacen daño, queriéndolo hacerlo. Yo no quiero ser nieve, ni hoja en blanco para los míos, para los que me hacen bien, para los que quiero. Quiero que escriban en mis páginas, que me ayuden a ser más libre, más sincera, sin secretos para ellos, más amada y con menos miedo para amar. Afectuosamente: Carmen.

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    1. A esos está dedicado, Carmen, a los que hacen daño, porque los otros, bastante tienen con tener que convivir con los primeros. Muchas gracias por tu paso por el blog y por dejar aquí tu huella.

      Un afectuoso saludo.

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  8. Efectivamente, es un placer leerte, amigo Ramón. La tuya es una mirada honesta, que desarma.

    Un abrazo

    Esteban

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    1. Muchas gracias, Esteban, a ver si es verdad y con estas cosas conseguimos desarmarlos.


      Un abrazo.

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  9. Siempre es conveniente levantarse en blanco, casi inmaculado, para que los renglones torcidos no nos alcancen.
    Un muy buen poema, Ramón. Te lo aplaudo.

    Un abrazo.

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    1. Muchas gracias, Perfecto, siempre me alegra verte por aquí.

      Un abrazo.

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