* A Elvira
Me apena que camines por la calle
colgada por el hombro a una vejiga
que guarda entre sus túneles de hormiga
de tu vida hasta el último detalle.
Que sea esa cartera la que entalle
la falda a tu cintura, la que siga
llenando de ansiedades su barriga,
me apena y más me apena que te estalle
la mitad de la vida en esas pieles
cosidas a tu piel, en ese infame
y odioso maletín que te encadena.
¡Que ardan en el fuego esos papeles
haciendo que el tedioso afán reclame
al fuego la extinción de tu condena!
haciendo que el tedioso afán reclame
al fuego la extinción de tu condena!
© Ramón Ataz
Perfecto en su realización, aunque es el tema motivo de emotiva implicación del poeta. Es loable en su tratamiento y exacto en su ejecución.
ResponderEliminarMi aplauso, Poeta.
Un abrazo.
Muchísimas gracias, amigo, eres francamente amable al dedicar estas palabras al poema.
EliminarUn abrazo.
Un soneto muy bien construido, amigo Ramón, que no se va por las ramas y dice lo que tiene que decir.
ResponderEliminarEnhorabuena por la seguridad que demuestras también en esta faceta.
Un abrazo.
Esteban
Muchas gracias, Esteban. Es un modesto intento de una estructura que me encanta pero no domino demasiado, así que te agradezco doblemente tus palabras.
EliminarUn abrazo.