Sombra, jodida sombra, que oculta
al pacientísimo suelo bajo ella.
al pacientísimo suelo bajo ella.
-Vale que es mejor - me reconviene-
ser cuerpo que vestido, ser cabeza
que sombrero; ser, en fin, amanecer,
es mejor que ser ventana transparente-
Pero - palabras- dice mi sombra,
cobijando a sus zapatos en los míos.
cobijando a sus zapatos en los míos.
© Ramón Ataz
Me fascinó este poema. Vengo a leerlo una y otra vez.
ResponderEliminarBesos, Ramón
Pues muchas gracias por decírmelo, Sofía. De verdad me alegra que te haya gustado este diálogo con mi sombra.
ResponderEliminarUn beso.