lunes, 6 de junio de 2011
Tectónica de pieles
-Dios,
que el verbo me ignore-
Ya me busco en palabras que llueven,
en huellas casuales
e ideas primogénitas.
Pienso en la tectónica de pieles
al verme plegado
allí donde más asombro1,
donde llora el llanto o ríe la risa,
en rincones perplejos o terrores nocturnos,
en uñas, en yemas y en nudillos.
-Dios,
que el aire se espese-
Al fin acepto el desapego de mi corteza,
porque el tiempo conoce mi nombre
y mis huesos se han quitado la armadura.
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1 Sé testimonio inútil,
verso mutilado,
de mi plegaria.
© Ramón Ataz2011
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Estupendo poema en forma de oración desde el descreimiento, la duda, que es la mejor manera de acercarse a la certeza. Estupendo.
ResponderEliminarSalud
Muchas gracias, Julio, te agradezco tu profundo comentario.
ResponderEliminarUn abrazo.