Es hora de abrir ventanas
a los aromas y a las luces nuevos,
a los distantes rumores de otros ruidos.
Quise formar parte de alguna trinchera,
nutrirme de los huesos que amontonan
las catacumbas frías de mi espíritu.
Busqué cincelarme en los bloques de mármol
a fin de ser solo la forma de un hombre
-no un hombre-
acaso inmortal, acaso inerte.
Subsistí en sillones de cemento
apenas acolchados,
en los que amar o comer era posible;
y pude allí cumplir diversas vidas,
-iguales todas ellas entre sí, todas amnésicas-
donde mis pensamientos caían como gotas
de un grifo mal cerrado, tozudos desperdicios
abriéndose camino hacia el subsuelo.
Pero siempre hubo un viento sin atar,
una corriente fuerte y arbitraria
transportándome hacia su propia incertidumbre.
Y confieso que ese cuerpo en desorden,
el cabello de pronto ensortijado,
los párpados a punto de cerrarse,
los elásticos labios de payaso,
eran los míos.
Así que puede ser que el fin de todo sea el impulso,
que un cierto instinto proclive a no alcanzar el horizonte
sea lo que excita a los músculos dormidos
y explica la razón de unas manos (las mías) en un alféizar,
y los nuevos aromas y las luces nuevas
y los dulces rumores de unos ruidos distantes.
© Ramón Ataz2011
Me gusta mucho como compones las imágenes, como una poesía tan personal como esta puede sentirse cercana.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un placer leerte,me encanta.
ResponderEliminar¡Es hora de abrir ventanas!
Saludos.
Gracias, Israel. Me ha alegrado mucho verte en mi blog.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchísimas gracias por tus palabras, Ana. Me alegra que te haya gustado el poema.
ResponderEliminarUn abrazo.
NO SE MUY BIEN SI ACABO DE PILLAR DEL TODO LO QUE QUIERES TRANSMITIR, PERO LA IDEA DE LA INCERTIDUMBRE, EL DESORDEN Y EL "INSTINTO PROCLIVE A NO ALCANZAR EL HORIZONTE" ME ATRAEN Y HACEN QUE ME GUSTE TU POEMA. TAMBIEN LA COMPOSICION ME PARECE ATRACTIVA. UN ABRAZO
ResponderEliminarP.D.: CON TU PERMISO LO VOY A COLGAR DE MI MURO DE FACEBOOK
Bueno, ya somos dos. Tampoco sé si yo sé del todo lo que quiero transmitir... Pero el vértigo que produce cambiar, moverse sin saber muy bien hacia donde, sin preocuparse de ese horizonte, es realmente atractivo.
EliminarMuchas gracias por comentarlo y por compartirlo, Angel.
Un abrazo.