No puedo explicar el porqué de estos impactos
ligeros, silenciosos, llegados a mi espalda,
ni la razón de que me ría después de cada golpe
y espere el siguiente y recuerde todos.
De verdad quiero que el mundo comprenda
a qué juegan los pies cuando no saben andar,
pero el caso es que estáis todos en la idea
de que a las causas las siguen los efectos,
de que la lucidez puede medirse en exclusiva
por el solido equilibrio de las piernas,
en fin, todos creéis, probablemente,
que la música se expresa con sonidos.
Si mis palabras fueran solo de imagen,
si vuestros ojos se atrevieran a escuchar,
podríais traducir cada patada
al lenguaje que aprendieron las chapinas
la primera vez que el mar habló a las costas.
Solo así podría, sí,
esa sería la manera.
© Ramón Ataz
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EliminarImposible explicar racionalmente lo que sólo puede ser sentido. Hay lugares patrimonio de la emoción, del sentimiento, a los que la razón no consigue llegar. Un abrazo, Ramón.
ResponderEliminarMuy bien explicado, Rumeinia. Muchas gracias por tu visita y comentario.
EliminarUn abrazo.
Mis piernas juegan solas desde que de que dejaron de saber andar.
ResponderEliminarNo existe la inteligencia sin emocion ni las emociones sin inteligencia. El problema es entender en cada minima expresion la parte de una y la otra, y viceversa.
Bien, Ramóm.
Muchísimas gracias por pasar y dejar este precioso comentario.
EliminarUn abrazo.