REPROCHE
¡Qué expresión tan distante
has hallado esta tarde!
Yo aún muestro una sonrisa infantil
pero tu boca ya está cerrada,
tus dientes presos,
tu lengua ausente,
tu rostro entero está esculpido en lana.
En cambio yo, mírame bien, aún tengo
restos de piel ajena entre los dedos;
tu voz aún la respiran mis pulmones;
mi camisa aún rueda libre por el suelo.
© Ramón Ataz2011
Un reproche elegante. Una delicia.
ResponderEliminarMe encantó, Juan
Abrazos poéticos
Ana
Muchísimas gracias, Ana. A este poema le tengo un cariño especial y me alegra que te haya gustado.
ResponderEliminarUn abrazo.