miércoles, 11 de abril de 2012
El nicho
Apartad huesos,
haced sitio a la carne.
Arañas tenaces tejen casi puertas
- puertas no, más bien límites secos-
entre ambos espacios de un único nicho.
Si aquél contiene solo los ecos de un agosto,
este otro, el más cercano, lleno de ruidos confusos,
rebosa penitentes, desnudeces y trampas.
No queda sitio aquí, donde atestados,
son cada vez más ojos los que miran
a su reflejo mudo.
Resumíos, unid cuerpos, haceros como hebras.
© Ramón Ataz
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Qué bueno, Ramón, qué bien suena y cómo "escarba" con esa sonoridad y su ritmo.
ResponderEliminarBuenos días y un beso.
Y mi enhorabuena
Sofía, ha sido estupendo para mí dar contigo en este extraño cibermundo de poesía. Muchas gracias por dejar aquí un comentario tan generoso.
ResponderEliminarUn besazo.
Hay filosofía en tus letras y profundidad. Logras buenas imágenes. Un placer leerte.
ResponderEliminarMuchísmas gracias por visitar el blog y dejar tan amable comentario, Salvador. Estoy encantado de tenerte por aquí.
ResponderEliminarUn saludo.
Sí, un placer leerte, Ramón, un placer. Este poema de "desnudeces y trampas" suena muy bien en su campana, en su eco de nicho.
ResponderEliminarUn saludo.
No sé si me fue un poco la olla en este poema, la verdad, pero a veces la cabeza escribe por su cuenta. Me alegra que te guste, Tomás, te lo agradezco.
EliminarUn abrazo.