Reajuste
Un último cigarro yace en alma en mi estómago.
La luz que siempre en plenilunio me asiste
no es distinta a la de antes.
Pero la forma de cada palabra,
el espíritu de aquella música,
la melodía de tambor de los años,
mi propia piel, mi cabello,
el color de la madera de la mesa
o la simple y canalla amargura
viajan en otro viento. No están.
© Ramón Ataz2011
El tiempo y el humo se lo llevan todo, Juan.
ResponderEliminarUn abrazo
Ana
Totalmente cierto, Ana. Muchas gracias por tu lectura y por tus palabras.
ResponderEliminarUn abrazo.