¿De qué he estado hablando tantos años?
De la vida incomprensible no,
ni del olvido.
He vivido lo suficiente para entender
de algo más que de certezas fugaces.
Yo fui testigo absorto de sus noches
No.
Estaba pasando revista a sílabas y acentos.
apóstol bautizado en su deshielo
El remordimiento es terco,
es la materia tenaz que me aglutina.
Yo copié fielmente su evangelio de gestos
Pero he perdido pelo,
mis ojos ya han emprendido la muerte,
y solo soy experto en verdades transitorias. y asumí profecías leídas en sus labios.
Y qué importancia tiene
que la infancia me tenga secuestrado.
Tuve que abrir mi carne a los versos que en ella sucedían
Mis pensamientos salen todos los días.
Qué más da si cabalgan por el aire
o navegan en el fondo de las letras.
acoger en mi sangre su sangre consagrada,
,
Soy uno más.
Más dado a la perífrasis,
propenso a perderme en la metáfora.
Hombre - jeroglífico,
escondo un mensaje sencillo
tras una clave intrincada.
repetirla en el orden perfecto de su liturgia.
Pero te miro.
Cada hora de mi vida te observo o te recreo.
© Ramón Ataz2010