sábado, 31 de marzo de 2012

La inercia



No busqueis en mis ojos, si los cierro,
ningún rastro de mi vida fragmentaria,
pero si llego a dormir
robad mis piernas,
ya que no rindieron cuentas de sus pasos
ni resistieron al capricho de los vientos,
estúpidos artífices del rumbo que tomaban.

Mi gesto ante lo insólito y la fiebre,

más, cada vez más repartida
entre la arena y el Sol, fueron las armas
de las que me dotó una inercia ciega
vestida con las ropas del deseo.

Solos, cedidos al mundo

por nuestras propias manos de tacto vegetal,
ambos, el mar y yo, sentimos las mareas
aplastando y ensanchando a nuestros átomos. 
El horizonte era  esperanza reemplazable
y los bosques simple arbitrio de las aguas. 


Ahora lo sé
,
porque las manchas de mi piel se están borrando
y enloquezco
como un pájaro en medio de la lluvia
que festeja, en los círculos que trazan
sus plumas desprendidas,  

el renacer forzoso de los charcos.
  




© Ramón Ataz

viernes, 30 de marzo de 2012

Menú



Me arrancaría el cabello
sin rubor y sin comerme, pelo a pelo,
la memoria.

Me arrancaría el cabello

y después degustaría la sangre de mis manos
sin otro cuenco, sin otra jarra,
bebería cuantos lunares aparecieran.

Me arrojaría a la vaga presencia de las palomas,

desecaría cuanto quepa mi dentadura
y llovería, aplacaría el calor de mi cerebro.




© Ramón Ataz

lunes, 26 de marzo de 2012

Único

.


Me percibo único al caer la noche.
 

Padre de todos los sonidos,

no me dejo perturbar en mi edén

de ojos cerrados y humo impermeable.

Nazco en la techumbre

y me prolongo, con ademanes de araña,

hasta el confín de mis arterias.






© Ramón Ataz

sábado, 24 de marzo de 2012

Columna




Ni busco en la academia el rastro que mi infancia deja
ni busco en otros versos que me valgan.

Cuanto más impuro soy, más me comprendo.

No busco conformar a los extraños,
ni agradar, ni aliviar de sus parcas al planeta.

Las veces que he quebrado mis ideas
negando su propio devenir, he roto su discurso
urdido con palabras malsonantes
que cambiaban al llegar hasta mis dedos.

He visto a los poetas comiendo con ritmo
cenando con ritmo, durmiendo también
he visto poetas.
Y yo, pobre de mí,
también cenaba, comía y dormía.

He visto en los hombres figuras arbóreas
mujeres con manos tiznadas de barro
y dije – son árboles- y luego- son tierra.

Pero hoy, hoy soy novel, soy raíz, soy base,
soy columna, sobre todo soy columna.





© Ramón Ataz

sábado, 17 de marzo de 2012

Crónica de un atardecer

.

Era una cuadrilla de gritos en silencio
recorriendo mi sala iluminada.

Les ordené echarse al suelo, acurrucarse,
describir el sufrimiento, la tortura,
la perdición, la decadencia, el esqueleto,
dibujar las pausas pardas, la ventisca,
la depresión y en fin, la boca de la noche.

Obedientes dibujaron
sin ser pintores,
sumisos describieron
sin ser cadáveres.

Allí escondía la tarde su imagen perfecta

de viento rojo sin luna
y un suelo original emparedado
(ya ni el tacto recordaba de esa tierra

ni tampoco aquel olor que propiciaba)


Calmó la noche al viento,
la luz se desnudó sobre los árboles

cuyas ramas se aquietaron todo el día.


El viento, al fin, dormido, el suelo muerto,

y el rojo resbalando en la ventana...






© Ramón Ataz

lunes, 12 de marzo de 2012

Buhardillas

A mi abuelo

    Buhardillas....

Buhardillas poseedoras

del sonoro olor de las ideas
que heredamos a través de los silencios.

Once años gestaron el legado
de los hijos del esperma y del espíritu
-yo conocí a los primeros, otros muchos
acabaron siendo hálito y silbido
como le ocurre a los vientos al marcharse-
 

     ...Ideas...

El ideario sin voz de un derrotado
es la última comida del hambriento,
la libertad del proscrito,
la vida de los muertos.

    .... y ahora......


Mi barba crece,
mis manos se congelan,
Mi sangre gime cada vez más lánguida
cuando se pierde en los túneles quebrados
y tropieza y se detiene y continúa.

Se confunden los gritos y el dolor,
no se distingue a los amos de los siervos.

      ...puede ser....
 

Acaso sea la luz la responsable 
de que un sonido atraviese una pared
y por eso las buhardillas en penumbra
tuvieron que guardar lo que escucharon,
o acaso sus ladrillos demolidos
yacieron al final en las cunetas,
olvidados,
como un cadáver que nunca tuvo nietos.






© Ramón Ataz

sábado, 10 de marzo de 2012

Clima (El triunfo del bosque)

.


Si irrumpe con tal violencia,
en este instante,
he de decir que su sombra
impulsa otra vez los bosques a la guerra.

Si el calendario colea indeciso hacia el invierno
y solo ahora lo hace,
es de temer la lluvia contingente y sin labranza.

Acaso no sepa ya en qué colina he de dormir esta noche
o si es que el sueño es casual como el invierno.




© Ramón Ataz

viernes, 2 de marzo de 2012

Al salir de tí

 .


Creía, lo creía como otros creen en Dios

que cada palabra te contiene

- madera y letras, clorofila y alfabeto -

pero la fe es tan fugaz que al salir de tí, 

una presencia atroz,

desollada en ese instante,

me arrastraba hacia el Mundo y me adhería.

Algo parecido a la muerte.




© Ramón Ataz